El corazón necesita ejercicio para mantenerse saludable, ya que las enfermedades cardiovasculares se pueden prevenir mediante la actividad física regular, especialmente el ejercicio aeróbico o de resistencia.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades destacan cuatro pilares de un estilo de vida saludable para el corazón: comer una dieta nutritiva, mantener un peso saludable, no fumar y hacer ejercicio con regularidad. Se necesitan diferentes tipos de ejercicio para estar en forma; entre los que se destacan:
Ejercicio aeróbico: mejora la circulación, lo que resulta en una presión arterial y un ritmo cardíaco más bajos. También reduce el riesgo de diabetes tipo 2; si una persona ya vive con diabetes, ayuda a controlar la glucosa en sangre.
Entrenamiento de resistencia (trabajo de fuerza): Tiene un efecto más específico en la composición corporal. Una combinación de ejercicio aeróbico y trabajo de resistencia puede ayudar a aumentar el colesterol HDL (bueno) y reducir el colesterol LDL (malo).
Estiramiento, Flexibilidad y Equilibrio: no contribuyen directamente a la salud del corazón. Lo que hacen es beneficiar la salud musculoesquelética, que permite mantenerse flexible y libre de dolor en las articulaciones, calambres. Esa flexibilidad es una parte fundamental para poder mantener el ejercicio aeróbico y el entrenamiento de resistencia.